martes, 6 de agosto de 2013




El ministerio de defensa de la India ha pedido a los investigadores de su país estudiar los textos sagrados… Porque describen portentosas naves y armas que podrían reproducirse en la actualidad.

Según detallan los textos sánscritos y sagrados de la antigua India:

“Venía a bordo de un vimana, y sació su ira enviando un sólo y único rayo en contra de la ciudad. Una enorme columna de fuego diez mil veces más luminosa que el sol se levantó, y la ciudad quedó reducida a cenizas en el acto.” – Mahabharata

“Las Vimanas tienen la forma de una esfera y navegaban por los aires a causa del mercurio (rasa) levantando un fuerte viento. Hombres a bordo de los Vimanas podían así cubrir grandes distancias en un espacio de tiempo sorprendentemente corto, pues el hombre que conducía lo hacia a su voluntad volando de abajo arriba, de arriba abajo, adelante o atrás.” – Ramayana



“Debe haber cuatro depósitos de mercurio (rasa) en su interior. Cuando son calentados por medio de un fuego controlado, el vimana desarrolla un poder de trueno por medio del mercurio. Si este motor de hierro, con uniones adecuadamente soldadas, es llenado de mercurio y el fuego se dirige hacia la parte superior, desarrolla una gran potencia, con el rugido de un león e inmediatamente se convierte en una perla en el cielo.”
 – Ramayana

“Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua. Podía volar tan alto y veloz que resultaba imposible de ver. Aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en la oscuridad”. - Libro de Krishna, cap. 15

“Fuerte y durable debe ser hecho el cuerpo, como un gran pájaro volador, de material ligero. Dentro de él debe uno poner el motor de mercurio con su aparato calefactor de hierro por debajo. Por medio del poder latente en el mercurio que pone el impulsor del torbellino en movimiento, un hombre que se siente adentro puede viajar una gran distancia en el cielo de la manera más maravillosa”. - Samarangana Sutradhara, antiguo texto hindú


 


“Estaban hechos con planchas de hierro bien unidas y lisas y eran tan veloces que casi no se los podía ver desde el suelo. Los hombres de la tierra podían elevarse muy alto en los cielos y los hombres de los cielos podían bajar a la tierra”
. - Samarangana Sutradhara

“A lo largo de la historia han habido muchos mitos y leyendas sobre máquinas o artefactos voladores”, escribe el americano David H. Childress, autor de más de 15 libros sobre ufología y civilizaciones desaparecidas. “Las conocidas alfombras voladoras de la antigua Arabia; figuras Bíblicas tales como Ezequiel y Salomón volando de lugar en lugar; y los carros mágicos, o Vímanas, de la India antigua y China”.
Según el autor de Technology of the Gods (Tecnología de los Dioses), los textos sagrados hindúes retratan a la perfección una era en la que máquinas voladoras surcaban los cielos de la Tierra de manera más que frecuente. Las Vímanas, conocidas popularmente como “Carros de los Dioses” en el círculo esotérico, transportaron a nobles y funcionarios a distancias espectaculares y en tiempos irreales. A veces emitiendo un rugido ensordecedor, a veces un zumbido melodioso.

En total, cientos y cientos de páginas de más de una veintena de libros hindúes antiguos relatan cómo eran construidas las misteriosas naves, cómo funcionaban, cómo debían ser manejadas y cuál era el desempeño de las mismas, según fueran tiempos de paz o de guerra.




“Los antiguos textos indios sobre Vímanas son tan numerosos que harían falta varios libros para relatar lo que ellos tienen para decir”
, dice Childress. “Los mismos indios antiguos escribieron manuales enteros de vuelo al mando de varios tipos de Vímanas”.

“En este libro se describen, en 8 elocuentes y cautivadores capítulos…” dice asimismo el antiguo político y técnico Bharadwaja en su obra Vaimanika Sastra, “las artes de fabricación de varios tipos de aeroplanos de suave y confortable viaje en el cielo, como una fuerza unificadora del Universo, que contribuye al bienestar de la humanidad”.
De acuerdo a los viejos textos, según la estructura y función de los vímanas, estas podían dividirse en cuatro clases principales (rukma, tripura, sakuna y sundara) y en 113 subclases. De acuerdo a lo descripto, algunos parecían ser tan sencillas como un trono volador unipersonal, y otras tan grandes como para poseer siete niveles de altura.




Además, los documentos antiguos afirman celar los secretos para la creación de aeroplanos indestructibles, de aviones invisibles, la escucha de sonidos y la captación de imágenes en el interior de aviones enemigos, sistemas de detección y destrucción de naves enemigas y tácticas para lograr la pérdida de conocimiento de pilotos rivales.

“…Con esos métodos se puede construir una Vímana grande como un templo”, dice el Ramayana.“Debe haber cuatro depósitos de mercurio en su interior. Cuando se calientan por medio de un fuego controlado, la vímana desarrolla un poder de trueno por medio del mercurio. Si este motor de hierro, con uniones adecuadamente soldadas, se llena de mercurio y el fuego se dirige hacia la parte superior, desarrolla una gran potencia, con el rugido de un león, e inmediatamente se convierte en una perla en el cielo”.
De igual modo, en otros textos como el Samarangana Sutradhara pueden hallarse desde velocidades, detalles técnicos y diseños de Vímanas, hasta formas de maniobra y el uso correcto del combustible.

El Imperio de Rama 




Acerca de la ubicación temporal de la era de las Vímanas, investigadores como el Dr. Kunwarlal Jain Vyas sostienen que las epopeyas bélicas relatadas en los textos antiguos hindúes hablan de un periodo conocido como el Imperio de Rama, tan lejano como 26.000 años en el pasado.

Cuestionada fuertemente por los teóricos convencionales, la hipótesis del Imperio de Rama es defendida con documentación histórica y física por especialistas en el estudio de civilizaciones prehistóricas tecnológicamente desarrolladas.




Según investigadores como Brad Steiger, las vímanas no fueron lo único que deslumbró los cielos de la India en un pasado remoto. Una explosión nuclear acontecida hace 5.000 años borró a todos sus habitantes de la faz de la Tierra, dejando ciudades como Mohenjo Daro en el Valle del Río Indo totalmente cristalizadas.

Sin embargo, no solo los textos hindúes nombran a las Vímanas, sino que muchas de las escrituras del oriente antiguo mencionan naves poderosas capaces de surcar, incluso, las estrellas.






El Canchur, un libro milenario tibetano del cual fue descifrado un porcentaje mínimo, también abunda en menciones de naves como burbujas o perlas espaciales capaces de transportar gente a grandes velocidades.

La Epopeya de Gilgamesh, anterior a las escrituras bíblicas y conocida por su similitud con varios pasajes de la misma, hace referencia a una experiencia a bordo de un vehículo de bronce desde el cual la Tierra se veía como “una pasta de harina, y el mar como un pilón de agua”.

Incluso en la historia de la antigua China es conocido un episodio en el que un príncipe llamado Wan Hu, quien vivió en el siglo XV a.C., se elevó por los aires en un asiento de 47 cohetes para no ser visto nunca más.




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