lunes, 27 de enero de 2014

 
Se cree que fue el mismo rey Salomón quien la escribió, detallando en este libro las claves para invocar a los espíritus y controlar a los demonios.
Durante siglos la enigmática “Clavícula de Salomón” ha cautivado la atención y mentes de los más grandes ocultistas. Se cree que fue el mismo rey Salomón quien la escribió, detallando en este libro las claves para invocar a los espíritus y controlar a los demonios, además de las formas para obtener habilidades tan secretas como la invisibilidad o detalles para la construcción de los más poderosos talismanes. 


¿Qué es la clavícula de Salomón?

Un grimorio, es la denominación correcta para La Clavícula de Salomón, y se cree que fue el mismo rey Salomón quien la escribió. En este documento se detallan múltiples hechizos en los que se requieren objetos, materiales y condiciones especificas y particulares, talismanes de una complejidad extrema en su construcción pero capaces de dar enormes beneficios a quienes los portan, rituales para obtener el amor, dinero, poder e incluso cosas tan extrañas como ser invisible y, lo más importante de todo, sellos para invocar a toda clase de ángeles y demonios. Hasta nuestros días y desde que se conoció de su existencia, esta obra fue una constante referencia para el campo del ocultismo, un libro que ha provocado grandes controversias y que, hasta estas fechas, pone en duda la veracidad de si fue realmente Salomón quien la escribió o si tuvo algo que ver en su elaboración. La necesidad de los que alguna vez quisieron tener en sus manos este enigmático escrito, desgraciadamente llevó a la producción de múltiples ediciones del mismo, obras que que no estuvieron exentas de la manipulación, la confusión de conceptos y otros elementos, que al final llevaron a perder la credibilidad de las ediciones resultantes. Sin embargo y a pesar de que posiblemente se hayan plasmado algunos de los conceptos originales de Salomón en estas ediciones, Las Clavículas de Salomón han pasado a ser un libro manchado por la fantasía. El libro, en primer lugar, está dividido en dos tomos. En el primer tomo se enlistan las maldiciones, hechizos, invocaciones y sellos para llamar y controlar a los espíritus demoníacos o solicitar favores a los ángeles, logrando, a través de procesos bien definidos, que estas entidades paranormales cedan a la voluntad de quien los ha conjurado; también se revelan los métodos ocultos para encontrar objetos robados y tesoros escondidos, para encontrar el amor y hasta lograr la invisibilidad. El segundo tomo es un indice para realizar exorcismos, detalles para la construcción de objetos mágicos y los tipos de seres o cosas que se deben ofrecer como sacrificio a los espíritus. Al igual que otros grimorios de la época en que fue escrita La Clavicula de Salomón, en esta se invoca siempre a Dios solicitando su protección, y para ciertos conjuros los detalles son expresos: indican que se deben confesar los pecados una vez terminado el ritual. Otros detalles de este libro es la utilización del Transitus Fluvii (un alfabeto oculto) y la presencia de cierto secretismo utilizando nombres barbáricos, arábigos y hasta nombres derivados de textos mágicos de oriente próximo. 

Origen.

En lo que convergen muchos expertos del tema es que el verdadero autor de La Clavícula de Salomón fue un mago originario de Venecia, Italia llamado Antonio del Rabino, mismo personaje a quien se le atribuye la autoría del Gran Grimorio. A pesar de esto, al menos en su gran mayoría, es seguro que Antonio del Rabino no inventó el texto, lo cual se demuestra con la existencia de múltiples datos que respaldan su versión en la que argumenta que hizo el escrito basado en múltiples textos autógrafos del rey Salomón. Aunque esto no confirma que haya sido Salomón el autor, si demuestra que Antonio del Rabino no tuvo la voluntad de engaño, ya que cuando redactó La Clavícula de Salomón estaba firmemente convencido de que sus fuentes originales eran obra del mismo rey Salomón. Según Marinus Gout, un profesor de la Universidad de Deft en Holanda, Del Rabino estaba totalmente equivocado. Gout afirma que Salomón no solo no escribió La Clavícula de Salomón, si no que tampoco tuvo que ver con ningún libro del Antiguo Testamento o con el famoso Testamento del rey Salomón. Según la versión de Marinus Gout, La Clavícula de Salomón fue escrito en el siglo I a. C. El famoso historiador Flavio Josefo respalda la versión de Gout, Josefo detalla que en la época en la que vivió Vespasiano (siglo I d. C.) ya se contaba de la existencia de un grimorio que, entre otras cosas, revelaba las invocaciones de demonios, y desde esa época esta obra era atribuida a Salomón, Josefo también afirma que este libro era usado por el judío Eleazar para exorcizar a los poseídos por el demonio en presencia del gran emperador romano Vespasiano. En resumen, para muchos estudiosos, el grimorio que poseía Eleazar era probablemente el mismo documento del que habló Marinus Gout compuesto en el siglo I antes de Cristo. La verdad es que siguen existiendo muchas dudas sobre si en realidad el texto que poseía Eleazar fue producto de la mente de Salomón o el producto de algún ocultista que, para impulsar su trabajo, usurpó de forma muy hábil el nombre del monarca. Pese a todo hay algo que sorprende profundamente y es que, según indican las palabras del propio Flavio Josefo (quien estaba convencido de que el grimorio era obra de Salomón), en realidad los exorcismos eran exitosos. “Dios también permitió que Salomón aprendiera la habilidad de expulsar demonios, que es una ciencia útil y que devuelve la salud a las personas. Salomón también componía encantamientos para aliviar la destemplanza Y dejó técnicas de realizar exorcismos para expulsar demonios de forma que no vuelvan, y este método de cura sigue teniendo una gran vigencia: porque yo he visto a uno de mi propio país, que se llamaba Eleazar, que liberaba a los endemoniados en presencia de Vespasiano, y sus hijos, y sus capitanes, y toda la multitud de soldados. La forma de cura era la siguiente: Ponía un anillo que contenía una raíz de las que mencionaba Salomón en las fosas nasales del poseso, tras lo cual sacaba al demonio por la nariz del paciente; y cuando éste caía al suelo inmediatamente, conjuraba al demonio para que no volviera, mencionando a Salomón y recitando los encantamientos que él compuso. Y cuando Eleazar quería convencer y persuadir a la audiencia de que tenía tal poder, colocaba a cierta distancia una palangana o un cacharro de agua, y mandaba al demonio que no volviera, para que el público supiera que había salido de la persona: y de esta manera se mostraba manifiestamente la habilidad y la sabiduría de Salomón.“ 


-Antigüedades 8.2.5. Tras este relato, algunos podrían pensar que lo que en realidad ocurría era que la supuesta posesión demoníaca era en realidad los síntomas una epilepsia o alguna otra enfermedad desconocida en la época, en la que la raíz actuaba como una cura natural. Ante eso cabe recordar que Flavio Josefo contó que, ante los que dudaban, Eleazar derramaba un cubo de agua a la distancia sin fuerza natural visible para realizar tal acción: esto, de ser cierto, no tendría explicación científica aparente y entonce ya no parecería tan descabellado atribuirlo a la magia de Eleazar. Ahora, sabemos que existen las probabilidades de que un historiador como Josefo mienta y hasta dónde se sabe sus textos no han sufrido alteraciones, por ende resulta muy probable que el relato del cubo de agua sea verdadero y que en consecuencia haya habido algo de sobrenatural en torno a lo que hacía Eleazar; aunque, si algunas de las supuestas posesiones fueron verdaderas, entonces el elemento sobrenatural era aún mucho mayor. Algo que muy pocos saben (porque fue descubierto recientemente) es de la existencia de un manuscrito que sería la versión en hebreo masorético de La Clavícula de Salomón, una obra titulada Mafteah Shelomah, traducido de forma literal al español significa “Claves de Salomón”. Este texto, de confirmarse la fecha (900 d. C.) que le fue atribuida, sería el grimorio más antiguo conocido hasta la actualidad. Entonces es factible sosprechar —digo “sospechar” porque no se ha tenido conocimiento de ejemplar alguno del grimorio de Eleazar— que muchos (o todos) de los elementos del grimorio de Eleazar estarían presentes en el Mafteah Shelomah, manuscrito éste último que nos permite corroborar que en verdad Antonio del Rabino si partió fuentes anteriores serias ya que muchas cosas del Mafteah Shelomah se encuentran en La Clavícula de Salomón. Finalmente, el Mafteah Shelomah nos ayuda a comprender de dónde pudo haber salido otro enorme grimorio llamado Libro de Salomón, el cual fue quemado por orden del papa Inocencio VI en 1350: en otras palabras, es bastante probable que el Libro de Salomón haya sido una traducción del Mafteah Shelomah. 

La leyenda del rey mago.  Según cuenta la leyenda, La Clavícula de Salomón tuvo su origen durante la visita que un ángel le hizo a Salomón. Durante aquella visita el ángel le habría otorgado a Salomón toda clase de conocimientos mágicos (incluidos los necesarios para controlar demonios), conocimientos que, en sus últimos días de existencia, Salomón compiló en algunos libros para transmitírselos a su hijo Roboan. Desgraciadamente un incendio acabó con todos esos libros excepto con dos: el Testamento de Salomón y la Clavícula de Salomón.  En una de las ediciones más estudiadas y editadas de la Clavícula de Salomón, que data de 1641, se puede ver en la introducción la leyenda anterior. Este ejemplar, almacenado en la Biblioteca Nacional de París, dice así en su introducción: “Todo el Universo ha sabido, hasta hoy, que, desde tiempo inmemorial, Salomón estaba en posesión de todas las ciencias infundidas a través de los sabios preceptos y de las enseñanzas de un ángel, al cual pareció estar tan sumiso y obediente que, además del don de sabiduría que le pidiera, obtuvo, y no sin admiración, toda otra suerte de virtudes. Todo lo cual hizo que, llegando Salomón al término de sus días, él mismo estableciese que su hijo Roboam, por sucesión, hiciérase cargo de un testamento que contenía todas las ciencias de las que él usare y disfrutare hasta el día de su muerte. Los Rabinos que, después de él, procuraron guardar celosamente este testamento, nombraron a éste último las Clavículas de Salomón, nombre con el cual hicieron grabar un libro hecho de cortezas de cedro, y en donde los pentáculos aparecían en caracteres hebreos y sobre planchas de cobre, a fin de poder ser conservados para la posteridad“ Finalmente, existieron dos factores que propiciaron el crecimiento de la leyenda de Salomón como mago, fueron los siguientes: el primero es El Sutra XXVII del Corán, el cual cuenta cómo de niño Salomón aprendió el “idioma de los pájaros” de su padre el rey David. y el segundo Las referencias de Flavio Josefo a Salomón como un rey que dominaba la magia y había plasmado en obras sus conocimientos. 

“La llave menor de Salomón” y “La Goetia”.

La Clavícula de Salomón originó lo que hoy se conoce como La llave menor de Salomón o Lemegeton, el cual era un grimorio anónimo del siglo XVII el cual llegó a convertirse en una de las obras fundamentales de la Demonología. De la misma manera que La Clavícula de Salomón, este libro se autoproclama como escrito por el rey Salomón mas, en contra de su propósito, delata de forma crasa su falsedad cuando presentan alabanzas a Jesús y a la Santísima Trinidad, además de títulos de demonios que no existían en la época de Salomón. En cuanto a sus contenidos, La llave menor de Salomón es en esencia (difiere en ciertos detalles y aspectos) lo mismo que La Clavícula de Salomón. En los albores del siglo XX Samuel Mathers y el famoso satanista Aleister Crowley hicieron que la magia salomónica renaciera cuando tradujeron de forma parcial La llave menor de Salomón en 1904, dando así nacimiento a La Goetia, la llave menor del Rey Salomón (Clavicula Salomonis Regis), obra que prácticamente fue un instructivo dividido en cinco partes a través de las cuáles se exponía todo lo referente a invocar a los 72 espíritus que supuestamente Salomón aprisionó en una vasija

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